jueves, 4 de mayo de 2017

Cuaderno de Bitácora del "Flipped"

Esta nueva entrada la voy a redactar con un carácter marcadamente musical. Voy a contaros mis experiencias en este bloque 3 en el curso que estamos haciendo sobre el Flipped Classroom, titulado "Dale la vuelta a tu clase". 

 Para mí este curso ha empezado con una introducción lenta y grave de los violonchelos y los contrabajos, a veces, misteriosa, expectante, errática, otras veces, fruto de ser un compositor novel e inexperto en el arte de la composición "flipática". 

 Posteriormente, aparece un primer tema, quizá todavía inseguro, de conocimiento de la materia melódica y armónica del Flipped, con una visión general de la obra, que supone encender la llama y el interés auditivo por dicho tema, y donde se va viendo la gran obra que va a ser. Esto empieza a funcionar y a ilusionar. Allí aparecen pinceladas del ABP, conocemos a un tal Bloom y suenan los acordes del Gamify. ¡Qué inquietud! ¡Qué Pinterest! ¡Que no pare la música! 

 Luego llegamos, por fin, al clímax de la obra. Todo el metal al unísono, la percusión subiendo la intensidad, la cuerda en conjunto con un lirismo incontrolable. Todo el curso ha sido un crescendo continuo de conocimiento, herramientas, metodologías, experiencias compartidas. Y ahora, llegado el clímax, el compositor, ya más experimentado, ha puesto el acento en esas herramientas de creación de vídeos, de presentaciones, de infografías, de blogs, de tablets, de artefactos varios compartidos, de proyectos propios, y de un sinfín de colores que no acabarán con esta sinfonía y que le animarán a componer infinitas músicas todavía por descubrir.

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